EL TEJIDO SOCIAL y LA ESCUELA
CONDICIONES DEL TEJIDO SOCIAL EN EL ÁMBITO ESCOLAR
EL ámbito escolar esta entretejido por un sin número de
relaciones funcionales y disfuncionales desde sus inicios, como
espacio policiaco, con las mayores restricciones y las medidas lo
suficientemente rudas para contener a una parte desechada de la
sociedad de entonces, la cual buscaba un adoctrinamiento de ciertas
conductas de las personas de bajos recursos y su prole; continua este
tejido basto y gigantesco con una descendencia abandónica de
orfanatos, donde sus miembros y protagonistas eran el rezago de una
sociedad sin ánimo alguno de amar a su próximo; seguidamente se
observa que el estado ve con buenos ojos esta institución que en su
inicio es un telón de ensayo y error por parte de quienes tiene el
poder en sus manos.
Acercándonos un poco más a nuestros días el tejido social se ha
ido fortaleciendo con un sinfín de nuevas metodologías, modelos y
maneras de enseñar lo mismo de siempre, pero con otros medios; ello
da un buen vuelco en su momento, pero poco a poco va quedando el
vacío, no solo en nuestra sociedad colombina sino mundial, pues
hemos cambiado los métodos de enseñanza, pero no la enseñanza, es
decir seguimos enseñando lo mismo, pero de diferentes maneras. Esta
herencia poco llamativa hace que hoy día el ámbito escolar este
viciado de conductas disruptivas dentro y fuera de las aulas,
conductas como estas van agregando puntadas cada vez más dañinas a
nuestro tejido socio-escolar. Gracias a esta gran madeja en este
ámbito, es grato ver que es un campo múltiple de acción
socioeducativa donde nuestra pedagogía, aparte de ser necesaria, se
hace indispensable, ya que allí se puede y se debe aplicar de manera
extendida las tres acciones básicas de nuestro quehacer: Prevenir,
proteger e intervenir.
Desde el ámbito escolar se puede dar rienda suelta a nuestros
saberes tanto cognitivos como espirituales, para así alcanzar
resultados máximos y conmovedores, donde no prima el capitalismo de
un sueldo recibido sino la satisfacción intrínseca de lo bien hecho
y con un fruto provisto de las mejores sonrisas y la vida de muchos
transformada, por nuestros esfuerzos magnificados de lograr la
resignificación del sujeto tratante; dándole al mismo un trato
digno sin juzgamientos preconcebidos. El tejido social en la
escuela se encuentra en su peor momento para una sociedad que exige,
soldados sumisos y obreros productivos, pero se halla en el mejor
momento para nuestra pedagogía, para transformar toda esa energía
de supuesta rebeldía en poderosa libertad de elección, haciendo de
cada niño, niña, joven y jovencita
“una nueva generación de hombres y mujeres libres que elijan
con sabiduría.”
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