Crescendo - Pedagogía y cine
- Dirección: Dror Zahavi,
- Guion: Dror Zahavi, Johannes Rotter, Stephen Glantz, Markus Rosenmüller,
- Intérpretes: Bibiana Beglau, Peter Simonischek, Daniel Donskoy, Sabrina Amali, Mehdi Meskar,
Las diferencias viven en nuestras vidas en todo tiempo, en cada instante
con nuestra pareja, con nuestros hijos, vecinos y amigos. Estas
diferencias nos hacen únicos en gran medida, podemos mirar a lo largo de
la historia del ser humano la diferencia en la gran mayoría de los
casos ha traído guerra, rencores y separaciones, indiferencia o
intolerancia a tal punto que hay conflictos que comenzaron siglos o
milenios y tras ellos hay diferencias irreconciliables por hechos que
han marcado con crudeza y muerte muchas vidas de ambos lados de la
confrontación.
Es milenaria la confrontación entre judíos y
palestinos(árabes) habría que tomarnos muchísimo tiempo para debatir
quien comenzó, pero al hacer eso gastaríamos más tiempo el cual desgasta
y genera más rechazo de ambos lados.
La mediación en estos grandes
conflictos como en los pequeños que tenemos día a día es y debe ser
imparcial, muchas veces tal mediación es parcializada generando mayor
conflicto y nuevas versiones para hacer interminable tal problemática.
Este
filme para nada fácil trata de forma neutral un conflicto de
generaciones entre estos países los cuales se ven reflejados en cada uno
de los músicos, sus vidas y el día a día que influye en sus decisiones y
cala de manera negativa la percepción del otro.
Ante semejante
proyecto para llevarlo con transparencia y germinar algo desde la
virtuosidad de estos músicos, el encargado del posible concierto dónde
impulsen un avance hacia la reconciliación y reconstrucción de países
casi hermanos se ve truncado en cada momento generando choques y
discusiones interminables, y es aquí donde la experiencia y la habilidad
para unir estos dos grupos tan distantes en la historia y tan cercanos
en sus vivencias, tiene como protagonista al encargado y director del concierto, quien genera una
pedagogía empatica donde lo más importante es ponerse en los zapatos del otro, promoviendo espacios de
escucha y así poder empalmar un grupo, que sea homogéneo en su amor por la
música dejando a un lado las diferencias que han visto y que les han
contado que viven en su día a día para superar esas perspectivas desde
su verdad y generar desde su talento una chispa de unión a través de la música.
Este encargado también lleva sobre sus espaldas la estigmatización de la guerra y de ser hijo de nazis, de vivir en carne propia el desprecio por los actos de sus padres. Cuando
las diferencias son tan arraigadas por generaciones y alimentadas por
el odio, la estigmatización, los intereses particulares, privados,
cualquier acto, suceso o el más mínimo resquemor enciende de nuevo la
línea divisoria de culpables y víctimas. Esta película esta llena de
deseos y buenas intensiones, las cuales al igual que en la realidad se quedan a
medio camino, no fructifican o son abandonadas por muchas razones.
Amar
al prójimo no es fácil, amar al enemigo es casi imposible, pero hay que
sopesar desde un amor propio que debemos vivir en comunidad y el
respeto y el bien común son de igual importancia para avanzar y no
regresar al campo de batalla, de culpabilidades y quedarse atascados en
el lodo de una infinita discordia con el otro ya sea por motivos
religiosos, tierras, poder socioeconómico, etc.
Te recomendamos este
filme donde los personajes se ven reflejados en nuestras vidas ya sea
porque lo hemos vivido en carne propia o porque nos preocupa en la medida
de un futuro no claro, en zonas de conflicto, además que en tiempos de tanta
información este mensaje no se quede perdido.
Yo vivo en Colombia y vivo en un sector que no se vive la guerra tan de frente, pero si he podido saber de todo lo que implica un conflicto armado. Que Dios nos bendiga a toda la humanidad dándonos sabiduría y entendimiento de que lo que importa es amarnos unos a otros.
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