Pedagogía y el arte de la guerra
Pedagogía y el arte de la guerra – Telegraph
Gresia Rozo
En este texto, quiero compartir mis opiniones sobre el video que “History Chanel” realizó sobre Sun Tzu y su visionaria manera de ver, actuar y desarrollarse en la guerra, también quisiera exponer el impacto que tuvo en mí, el libro “El Arte de la Guerra” del mismo autor.
Inicia el video de “El Arte de la Guerra” remitiéndonos al más grande estratega jamás conocido, a Sun Tzu un guerrero, filósofo y autor de las más grandes estrategias de guerra, aplicadas hoy en día en cientos de ámbitos por miles de personas de negocios, deportistas, estudiantes, economistas, entre otros. Sus relatos no solo eran aplicables para el tiempo en que este autor se encontraba, sus textos han sido relevantes hasta hoy, tan solo un visionario como él podría predecir en sus escritos resultados tales como la victoria del norte en la guerra civil, la derrota de Estados Unidos en Vietnam, la caída de Hitler… Estos y muchos más hechos que hoy podemos ver resueltos, pero en su época eran tan solo suposiciones de victoria o derrota.
Desde su filosofía holística Sun Tzu concibe al ser humano y la guerra como un todo compenetrado, contempla al mismo como un ser integral y ello permite que todo él, este enfocado con una finalidad noble para este autor, como lo es la guerra, la estrategia e inteligencia que esta demanda de el mismo. Concibe la guerra como un asunto de vida o muerte, por ello asume que cualquiera puede llegar a ser soldado, sin discriminación de sexo, raza o edad, tan solo con la disciplina correcta y el enfoque adecuado, siendo la disciplina la más importante para Sun Tzu, ya que con esta puede hacer que cualquier soldado aprenda rápido y desarrolle sus técnicas de la manera más aceptable y sólida; para el autor la disciplina es “Efectiva”.
Los valiosos primeros textos del arte de la guerra, fueron escritos en listones de bambú en el año 500 A.C, con 13 capítulos que encierran la filosofía de alcanzar el éxito, uno seguido del otro, cocidos y con grabados orientales, así Sun Tzu el autor enmarca los principios más nobles, inteligentes y estratégicos para llevar a cabo una guerra basada en la victoria sea cual esta fuere.
Se destacan tres principios básicos entre muchos más de este estratega, el primero de ellos “Conoce a tu enemigo y a ti mismo” el segundo “ganar 100 batallas no es victoria, pero si someter al enemigo” y el tercero “evita lo fuerte, ataca lo débil”. La importancia de Sun Tzu radica en la forma holística y cohesiva de abordar la guerra, quien manifiesta que si seguimos sus principios saldremos victoriosos, y si los ignoramos lo haremos a nuestro propio riesgo porque definitivamente perderemos.
En la antigüedad el reino de Wu estaba amenazado por el reino de Chu, en forma evidente Sun Tzu, demuestra al rey de Wu, como puede convertir a cualquier grupo de sus habitantes en guerreros, y apostilla lo siguiente “si las órdenes no están claras es culpa del General, pero que si las órdenes son claras y no son obedecidas por los soldados, es culpa de los oficiales subordinados”, para él la guerra es un asunto de vida o muerte, como lo exprese ya anteriormente, es el punto clave y que una vez comprendido todos están motivados a ganar.
Para mí este libro fue muy valioso, en el momento que tuve la oportunidad de leerlo, a una edad de 14 años, dejando en mi intelecto secuelas importantes del entendimiento no solo de una guerra, sino de una vida; este libro me brindo un estilo para actuar más analítico, me ayudo a aplicar ciertas estrategias en el estudio y el desarrollo de mis relaciones sociales, me hizo desarrollarme en equipo y como trabajar con otros sin problema, me llevo a entender que es mejor conocer al otro a desconocerlo, puso de ante mano una alta estima de comprenderme como ser dominante y no dominado, fue una de las lecturas más enriquecedoras, aun hoy no la olvido, pues al leerla podemos hacer la práctica, vamos adaptándola a nuestras vidas, dándonos así un delicioso fruto. Aún hoy leo sus apartes para no olvidarme de la esencia de los aspectos de la vida, de cómo es más importante manejar la astucia que la fuerza, que cualquiera puede lograr lo que se propone, conociéndose a sí mismo sin desconocer al otro y como lo débil puede ser fuerte, tan solo hay que encontrar su fortaleza y predominio.
Otra obra interesante la cual se dio a conocer 1.700 años después de “El arte de la guerra” es la de Maquiavelo donde podemos ver como se entrelazan la una con la otra, donde este segundo autor usa en un primer plano los principios de Sun Tzu y los aborda desde una perspectiva más política, mostrando como esta también es otra clase de guerra, en la cual todos sus preceptos pueden ser muy válidos.
Las ideas políticas de Maquiavelo, hacen referencia a la estructura de los principados que se conservaban para su época y muestra una preocupación constante por la manera como se llevaba a cabo la organización de los representantes políticos, de las formas de acceso a los principados y de cómo buscaban conservarlos. El adquirir dimensión propia era el nuevo pensamiento político que se ve afectado porque la Iglesia seguía interviniendo en los asuntos de gobierno. Debido a esto, Maquiavelo resaltaba su desprecio por la política eclesiástica y presentaba un nuevo método de concebir las cosas políticas.
En su obra “El Príncipe” Maquiavelo muestra sus intenciones políticas en múltiples ocasiones, como una sentencia que habrá de cumplirse en cada uno de los gobernantes si no acatan las reglas del buen gobierno. Para Maquiavelo la razón suprema no es sino la razón de Estado. El Estado que se identifica con el príncipe o gobernante y ello constituye un fin último, un fin en sí, no solo independiente sino también opuesto al orden moral, si el príncipe posee un Estado, debe sostener un ejército respetable e integrado por sus propios siervos y una ciudad bien fortificada.
Solo los señoríos eclesiásticos pueden prescindir de la milicia, pues su poder radica en la religión. El príncipe debe preocuparse por su ejército, pues no debe delegar su control en nadie. En tiempos de paz, debe ejercitarse con la acción y con el estudio por tal razón las cualidades de un gobernante, es mejor encontrar un ser temido que ser amado, ser tacaño que practicar la prodigalidad. Por ello, el gobernante debe aparentar todas las virtudes, pero practicarlas lo menos posible y con inteligencia, evitando el odio de su pueblo a toda costa.
En el ámbito de pedagogía hoy en día nuestras aulas y el sistema educativo no es muy diferente a esos pequeños gobiernos y estados, en ocasiones arbitrarios o enceguecidos, que definitivamente necesitan unos principios básicos para sacudirse de la corrupción que subyace desde hace varios años instalada en sus bases y ha ido emergiendo como un hongo perpetrador de las praxis, no solo erróneas, sino vagas; estamos en un punto donde la educación es de interés global, ello es positivo pues es el inicio para oxigenar no solo nuestras aulas, sino las mentes de aquellos que las dirigen.
A propósito del “Arte de la guerra” y sus enseñanzas, en lo personal mi decisión de convertirme en pedagoga fue guiada por una necesidad de crear un cambio en aquello que estaba empezando a odiar, paradójicamente la educación; tan desagradable como la conocía, pero a la vez tan llamativa en su potencial innato. Por ello la premisa de una pedagogía resiliente levantándose de las cenizas y de una pedagogía reeducativa que desaprende y se reinventa, guiando una nueva generación de hombres y mujeres con vocación de libertad para elegir con sabiduría.
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