En manos de los Medios_ lunes sin filtro
En medio de un desesperado intento por continuar recibiendo el lucro de los clientes, perdón de los padres, los directivos de algunas instituciones hacen lo posible por convenir estatutos, que les favorezcan a estos padres enojados porque sus hijos estudian demasiado o porque lo hacen poco, porque tiene tareas y porque no las tienen, en fin unos tratando de congraciarse y otros haciendo lo posible por disociar; por otro lado están los afamados mandos medios, mandos medios que poco o nada saben de educación, pues su desarrollo profesional es otro, que no han estado ni siquiera un año enfrentados a un aula y a sus aprendices, y aunque tienen muchos conocimientos académicos acumulados, entre cursos seminarios y otros, están allí quizás porque en su campo no hay nada para ellos o no lo han encontrado, o nadie los quiere ni siquiera allí.
Mandos medios que se pavonean por los pasillos de la enseñanza con aires de grandeza, diciéndole a los maestros como manejar sus clases y a sus alumnos, mandos medios que son enviados a inspeccionar las cátedras de los educadores como si estos fueran prófugos de la justicia, mandos medios enviados a apresar el conocimiento en sus vanos comentarios mortíferos. Estos agentes son incapaces de entrar a un aula en función de impartir conocimiento, pues cuando lo han hecho han sido apaleados por las miradas inquisitivas de los niños y niñas que huelen su inexperiencia, apaleados por las actitudes desafiantes de desatención de los más pequeños que reconocen en ellos la irritabilidad, apaleados por los comentarios mordaces que los educandos pueden hacerles por sentir en ellos su baja tolerancia a la frustración.
Me encanta cuando ello pasa y prevalece la justicia sobre el encargo social, es fascinante ver como la misma vida se encarga de organizar cada cosa en su lugar; sin embargo, estos mismos mandos medios que salen iracundos de esas aulas, tienen un motivo más para culpar a los profes de sus desavenencias, incluyendo ahora en su discurso, una sarta de cosas que supuestamente no enseñamos a nuestros chicos, "es que no enseñan a esos jóvenes a respetar", "que niños tan faltos de atención", "que chicos tan irreverentes" cuando quienes sacaron lo peor de ellos, fueron estos mismos entes con su falsa postura de autoridad; son risibles cuando llegan subidos en sus pedestales y salen arrastrando sus teorías como lastre.
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